“Una piscina más sostenible debe considerar en paralelo el uso eficiente del agua, la energía y la reducción del uso de químicos”
Cada vez hay una mayor concienciación medioambiental y preocupación por la sostenibilidad y el sector de la piscina y el wellness lleva tiempo adaptando su oferta a este contexto. Ya es palpable la emergencia de productos y tecnologías que no sólo optimizan tu experiencia acuática, sino que también contribuyen significativamente al ahorro de recursos como agua, energía y productos químicos.
Entonces surge la pregunta: ¿Qué define exactamente a una piscina como “eficiente”, especialmente en un escenario global de creciente escasez de agua? Fluidra, un referente global en soluciones y equipamiento para piscinas y bienestar, ofrece algunas pautas esclarecedoras.
La eficiencia de una piscina en su fase de uso no se mide sólo por su funcionalidad, sino por su capacidad para ofrecer una experiencia perfecta para el usuario, minimizando el uso de los recursos. Para evaluar la eficiencia, se consideran tres vectores principales: el consumo de agua, el gasto energético y el uso de productos químicos. Aunque cada uno de estos factores puede ser abordado individualmente, su interacción colectiva es la que realmente impulsa la eficiencia integral de cualquier instalación acuática.
1.-Vector Agua:
El consumo de agua en una piscina residencial se debe principalmente a las pérdidas por evaporación (>60%), pérdidas por lavado del medio filtrante (>30%) y pérdidas por el uso y disfrute de la piscina (>3%). No tenemos en cuenta aquí pérdidas debidas a problemas estructurales que provocan fugas, ya sea directamente en el vaso o en el circuito hidráulico.
1.1.- Pérdidas de agua por evaporación:
La evaporación es un fenómeno natural que afecta a cualquier lámina de agua en contacto directo con la atmósfera. De hecho, es uno de los procesos principales del ciclo del agua. Los factores como la temperatura del agua, la temperatura del aire, la humedad relativa, el viento y el uso de la piscina influyen directamente en la evaporación.
Las cubiertas para piscinas son una excelente solución para evitar la pérdida de agua por evaporación. Se trata de una barrera entre la lámina de agua y la atmósfera, que con un uso adecuado puede reducir hasta un 90% de las pérdidas anuales por evaporación (o un 54% del total de la piscina). Para ello es imprescindible utilizar una cubierta que cubra completamente la superficie y utilizarla siempre que la piscina no esté en uso. Dependiendo del tipo de cubierta que utilizamos, puede ser un elemento de seguridad importante para evitar que niños, personas mayores o mascotas puedan caer de forma accidental a la piscina. Más adelante veremos otras interesantes aplicaciones de las cubiertas.
1.2.- Pérdidas de agua debidas al lavado del filtro:
Los sistemas de filtración más habituales, ya sean de arena u otros medios similares, generalmente requieren de un lavado del medio una vez éste ya no puede contener más suciedad. Este lavado se hace con agua de la propia piscina que arrastra la suciedad al desagüe. Este proceso, dependiendo del caudal de lavado y de su duración, puede acabar vertiendo una cantidad considerable de agua, que luego hay que reponer. En este sentido aconsejamos automatizar el proceso de lavado del filtro, ya que ello nos permite ajustar el tiempo total del proceso y evitar posibles pérdidas de agua por falta de atención.
La utilización de filtros de cartucho es una buena solución, ya que permite reducir de forma muy importante el agua destinada al lavado del filtro, llegando a ahorros de hasta el 80% (o un 24% del total de la piscina). En este caso el proceso de lavado es muy manual pero muy eficiente en el uso de agua. Para mejorar esta eficiencia, se recomienda utilizar alguna solución limpiadora específica que facilita el proceso de limpieza.
El uso de limpiafondos robóticos también aumenta la eficiencia del sistema de filtración. La suciedad que por otros medios de limpieza queda acumulada en el filtro de la piscina, en estos equipos se recoge en su propio cesto. Esto alarga la vida del filtro entre lavados, por lo que el número de lavados del filtro disminuye. Es difícil cuantificar el ahorro ya que depende en gran manera de la cantidad y tipo de suciedad que acumula la piscina.
También podemos reducir el consumo de agua cuando nos duchamos antes de usar la piscina. Para ello recomendamos utilizar duchas con caudales inferiores o iguales a los 6 litros por minuto, con pulsadores o sensores temporizados. Las duchas solares además permiten disponer de agua templada utilizando la energía del sol.
Por último, nos queda recomendar la instalación de sensores que nos permitan conocer el consumo de agua que tienen nuestra instalación en todo momento.
2.- Vector energía
En las piscinas donde se climatiza el agua, el consumo de energía principal se debe al calentamiento del agua, seguido de la bomba de filtración. En menos medida, la iluminación y el sistema de desinfección también contribuyen al consumo de energía de la piscina. Finalmente, el propio vaso de la piscina y el correcto dimensionado del circuito hidráulico también tienen su importancia.
Al igual que en el caso del agua, es muy recomendable instalar una solución que permita monitorizar los consumos de energía con el objetivo de ajustar los patrones de funcionamiento para conseguir la máxima eficiencia energética manteniendo siempre una buena calidad de agua.
2.1.- Consumo de energía para el calentamiento del agua:
Calentar el agua de la piscina hasta temperaturas cercanas a los 25ºC consume una gran cantidad de energía. Una solución muy eficiente es utilizar una bomba de calor de alta eficiencia (SCOP* superior a 4, clases A, B y C**) conjuntamente con una cubierta que disponga de un coeficiente de transmisión bajo (clases A y B). El uso adecuado de ambos elementos puede llegar a reducir las necesidades energéticas para calentar el agua de la piscina en un 90%. De hecho, ambos elementos deberían instalarse siempre de forma conjunta.
(Nota al pie: * SCOP (Seasonal Coeficient of Performance)
(Nota al pie: **Según norma EN 17645)
En el mercado también están disponibles soluciones fototérmicas, mediante colectores solares, que permiten calentar el agua de la piscina por efecto de la radiación solar directa. En este caso el incremento de temperatura que se consigue suele ser menor, pero suficientes en algunos casos.
También nosotros, como usuarios, podemos colaborar por nuestra parte en esta reducción de la necesidad de energía para calentar el agua. Reducir la temperatura deseada del agua en 1ºC supone un ahorro de energía aproximado del 10%.
2.2- Consumo de energía por la bomba de filtración:
En el caso de piscinas sin climatizar, la bomba de filtración se convierte en el mayor consumidor de energía. Las bombas con motores de velocidad variable son una solución que lleva muchos años en el mercado y que se va popularizando cada vez más. Gracias a que puede funcionar a diferentes velocidades en función de las necesidades de la piscina, permiten reducir el consumo de energía hasta valores que pueden llegar al 50% o más respecto a una bomba de velocidad fija. El ahorro conseguido depende del patrón de uso de la bomba, es decir, de cómo combinamos las diferentes velocidades para que tengamos la máxima reducción sin comprometer la calidad del agua.
2.3.- Otros ahorros de energía:
Hoy en día la normativa obliga a instalar proyectores de leds. El menos eficiente de los focos de LED tiene una eficiencia 5 veces superior al de las lámparas halógenas. Recomendamos el uso de fuentes de luz con eficiencias por encima de 160 lm/w (clases A, B y C). El ahorro en el consumo de energía de los leds respecto a halógenos es superior al 85%.
De todas formas, debemos recordar que, aunque utilicemos sistemas de alta eficiencia, es importante ajustar el uso de la iluminación para evitar mantener la piscina iluminada cuando no es necesario. El uso de controles remotos y programadores ajustables facilitan este uso óptimo.
Finalmente cabe recordar un par de aspectos importantes. Por un lado, un adecuado aislamiento térmico del vaso de la piscina ayuda a minimizar las pérdidas de calor, especialmente cuando se trata de piscinas elevadas. Se recomienda utilizar soluciones con un balance térmico (w/m2) lo más elevado posible (NTB > -5 w/m2, clases A y B). Por otro lado, un buen dimensionado de las tuberías es fundamental para evitar pérdidas de energía (pérdida de carga). Se recomienda trabajar con velocidades máximas de agua igual o inferiores a 1,3m/s (clase A).
3.- Vector productos químicos:
El consumo de productos químicos en una piscina residencial se debe principalmente a químicos derivados del cloro -u otros biocidas- para la desinfección del agua, reguladores de pH y otros productos para mantener la calidad del agua. En este sentido, es muy recomendable monitorizar y automatizar el mantenimiento de la calidad del agua y contar con el asesoramiento de un profesional de la piscina para un buen dimensionamiento de los equipos en función de las necesidades.
3.1.- Soluciones para reducir el consumo de químicos desinfectantes:
Los equipos de cloración salina producen “cloro” a partir de la sal que se añade a la piscina, por lo que la necesidad de consumir y almacenar productos clorados desaparece. Además, los equipos de electrolisis de sal de baja salinidad permiten ir todavía más allá al operar con niveles bajos de salinidad en el agua y facilitar la posible reutilización posterior de aguas de lavado o vaciado para otros fines. Existen tecnologías que combinan la electrolisis de sal con la radiación UV de baja presión, como es el caso de la Neolisys, que además ofrecen una capacidad de desinfección y oxidación del agua muy superior.
El uso de equipos de UV de baja presión o de ozono permiten reducir de forma significativa la necesidad de añadir productos desinfectantes, pudiendo llegar hasta un 60% en la reducción del uso de cloro. También existen algunos productos que incorporan minerales de plata que tienen capacidad bactericida, lo que permite reducir la dosis de químicos desinfectantes.
Gracias a los equipos de medida y dosificación de cloro, el uso de sensores de cloro libre y/o Redox junto con sistemas de dosificación de producto químico desinfectante permiten controlar y mantener de forma continua los niveles necesarios de desinfectante, evitando situaciones de exceso o falta de producto.
3.2.- Soluciones para reducir otros químicos:
La correcta regulación del pH del agua supone dosificar ácidos o bases de forma más o menos continuada. Tal y como hemos visto en el punto anterior, el uso de equipos de medida y dosificación de regulador de pH permite mantener de forma continuada los niveles necesarios de pH que favorecen la actividad del desinfectante. De esta manera se pueden ajustar mucho mejor las dosis y evitar excesos.
Una solución para evitar el uso de ácidos es el uso de CO2 gas para la regulación del pH, como ocurre con la tecnología Freepool. Esta tecnología permite mantener los niveles óptimos de pH del agua sin necesidad de añadir ningún ácido ni ninguna base fuertes, generando muchos menos subproductos derivados de la desinfección. Esta tecnología combina la Neolysis con el uso de CO2 por lo que la reducción es del 100% de los químicos, tanto de desinfección como de regulación.
Mantener el agua en perfectas condiciones, tanto de transparencia como de desinfección, es básico para garantizar el disfrute y la seguridad de los usuarios. Es importante llevar a cabo un control periódico de la calidad de agua de la piscina para asegurarse que los diferentes parámetros son correctos. De esta manera evitaremos llevar a cabo acciones de remediación que conllevan un consumo de químicos importante. Existen soluciones que monitorizan y nos informan del estado de los parámetros de nuestra piscina en tiempo real, como es el caso de Aqualink, FluidraPool u otras soluciones del ecosistema digital de Fluidra. Ante la duda, la referencia debe ser siempre el profesional de la piscina.
Piscinas sostenibles, piscinas inteligentes
En un entorno cada vez más interconectado, la posibilidad de controlar dispositivos de forma remota, así como de analizar los datos en tiempo real permite que los procesos y actividades sean más rápidos y eficientes.
Con datos precisos y medibles conseguidos a través del IoT, los procesos de control y mantenimiento pueden ajustarse con precisión a las necesidades reales de la piscina y programarse de forma automática, lo que se traduce en una mayor eficiencia y una reducción de costes. La piscina conectada es aplicable tanto a piscinas residenciales como las piscinas comerciales. En ambos casos la piscina conectada es sinónimo de una mejor experiencia de uso y un mantenimiento y reparación más eficiente.
Si hablamos del futuro de la piscina hablamos de sostenibilidad. Las piscinas más sostenibles promueven prácticas y tecnologías que buscan reducir el impacto de la huella de carbono hasta minimizarlo al máximo, y todo ello acompañado de un ahorro de costes a largo plazo, con un mantenimiento mínimo sin renunciar a una calidad óptima del agua. Y es que es imprescindible que toda la cadena de valor, empezando por las marcas hasta llegar al cliente final, tomen conciencia y pongan en práctica medidas para proteger el medio ambiente sin renunciar al disfrute de piscinas e instalaciones acuáticas saludables, sostenibles, visualmente atractivas y que contribuyan a la generación de comunidad y cohesión social.
Cristina Benavides, colaboradora de Piscina & Wellness Barcelona